Grandísimo concierto de los isleños Oso Leone en el Apolo de Barcelona. El grupo mallorquín presentó su segundo disco ‘Mokragora' y durante poco más de una hora demostró que es probablemente el grupo baleárico más anglosajón y que sería muy fácil imaginarlos tocando a las dos de la noche en un Primavera Sound -los grupos que tocan a esta hora suelen usar una iluminación parecida de rojos y perfilados en azul y amarillo- aunque atesoran una esencia claramente mediterránea .

Es el suyo un estilo en el cual las percusiones y las guitarras inducen en un cierto estado hipnótico al cual también ayudan las proyecciones de dibujos geométrico de colores llamativos, o también el cielo y el mar o un gran felino, dando como resultado una ventana abierta a una naturaleza ‘silenciosa'.

El sintetizador ayuda dando una suave cadencia, una brisa marina. Es una electrónica delicada sin ninguna referencia obligada que deja respirar al oyente y lo conforta con frases breves en inglés que suenan como mantras tirados encima de un acantilado sobre el mar.

Llenaron la sala grande de la Apolo de un público que estaba en un principio sentado y que el grupo ‘obligó' a levantarse hacia finales de su breve concierto. Un show en el cual presentaron de una forma íntima y no muy comunicativa -en discursos, que no con música- unas canciones que tienen una nomenclatura vegetal: Ficus, Cactus, Salvia, Crisantemo, Monstera, Clivia o Sanseviera, y que dejó con ganas de mucho más y con el presentimiento de haber visto a una banda con un futuro muy prometedor.